Cómo cuidar y mantener tus velas para que duren más y huelan mejor

La guía definitiva para sacarles el máximo partido

Las velas artesanales no son solo decoración: son una experiencia sensorial, un ritual de bienestar y un pequeño lujo cotidiano. Pero para que una vela dure más, se queme de forma uniforme y mantenga intacto su aroma, es imprescindible cuidarla correctamente.

En esta guía te cuento todo lo que necesitas saber para prolongar la vida útil de tus velas y disfrutar de una combustión limpia, segura y mucho más aromática.

1. El Bautismo: la primera quemada lo es todo

La primera vez que enciendes tu vela define cómo se comportará durante el resto de su vida.

Qué hacer:
Deja que la vela se queme hasta que la cera líquida llegue completamente a los bordes del vaso. Es decir, que haga la “piscina completa”.

Por qué:
La cera de soja tiene memoria. Si la apagas demasiado pronto, creará un túnel alrededor de la mecha. Esto reduce la duración total de la vela y desperdicia cera que nunca llegará a derretirse.

Resultado:
Una vela que se derrite uniformemente y rinde al máximo.

2. Cortar la mecha (siempre)

Antes de cada encendido, revisa la mecha: es un gesto pequeño, pero marca una enorme diferencia.

Qué hacer:
Corta la mecha a unos 5 mm (1/4 de pulgada). Una mecha corta favorece una combustión más limpia.

Por qué:

• Evita el humo negro.

• Reduce el tamaño de la llama.

• Protege el vaso del sobrecalentamiento.

• Mantiene el aroma más limpio y puro.

Tip:
Si la mecha está doblada o “seta”, recórtala antes de encender.

3. La regla de las 4 horas

Quemar una vela durante demasiado tiempo puede ser contraproducente.

Qué hacer:
No la uses más de 4 horas seguidas.

Por qué:

• El vaso puede sobrecalentarse.

• La cera puede degradar el aroma.

• Una llama demasiado grande consume más cera de la necesaria.

Después de las 4 horas, apaga la vela, deja que se enfríe por completo y vuelve a encenderla cuando lo necesites.

4. Apaga la vela correctamente

Soplar una vela no es la mejor opción (ni para la cera, ni para el aroma).

Qué hacer:
Apágala con una tapa, una cuchara o un apagavelas.

Por qué:

• Evitas el humo negro que arruina el ambiente.

• La mecha queda en mejor estado para el próximo encendido.

• El aroma no se contamina con olor a quemado.

5. Guardar y proteger tus velas

Además del uso, la conservación es clave.

Qué hacer:
Guárdalas en un lugar fresco, seco y lejos de la luz directa del sol.

Por qué:
La luz y el calor pueden alterar el aroma, modificar el color o incluso deformar la cera.

Dale a tus velas la vida que se merecen

Cuidar tus velas no es complicado: solo requiere un par de hábitos sencillos que multiplican su duración y mejoran tu experiencia aromática.

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